17 de Enero 2013

De proyectos, becas y otros castillos en el aire...


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La primera vez que oyó hablar de él no pudo imaginar la relación amor-odio que se establecería entre ambos tiempo después. En su inicio, precipitado y triple, torpe e indefinido, encontró a quien le tendió una mano con respuestas y a quien le cerró una puerta con indiferencia. "La suerte está echada", pensó para sí, pero aún se puede mejorar. Mientras buscaba la manera de hacer de aquello una forma de vida, alguien felicitó su valentía (¿o más bien temeridad?), y encontró las primeras dificultades. Sin embargo, el primer intento fue premiado con la gloria, nunca supo si merecida o recomendada. El siguiente escalón se elevaba unos palmos más, y echó un paso atrás para coger impulso. Pero al saltar, Babel se tornó incomprensible, el tiempo corría cada segundo en contra, y la inexperiencia se hizo un lastre demasiado pesado.

Entonces hubo de tomar una decisión. Renunciar a meses de esfuerzo y abortar un pequeño éxito, o seguir construyendo castillos en el aire y aplazar una despedida inevitable. Y lloró por dejarlo ir. Por no poder hacerlo realidad. Porque no todo dependía de su empeño. Porque lo quería.

Porque era el principio de un adiós...

Escrito por Cris a las 8:06 PM | Comentarios (2)