Se marchitan las lágrimas
se extrañan los besos;
mientras, consolaba el rocío
corazones de terciopelo.
Alarga el lucero las sombras
y, de susurros llenos,
nocturno mientras dure
se juraron amor eterno.
Mueren los suspiros
callando decepciones a cientos,
los amantes en un abrazo
fundieron su aliento.
Creen haber encontrado
sin buscar primero;
entonces, desenvolvieron el regalo
que son sus cuerpos.
Olvidan las flores quimeras,
descartan anhelos,
y ellos, uniendo sus manos,
emprendieron el vuelo.
Despiertan las ánimas urbanas
del reflejo que es su sueño,
ignoraban que los amantes
aquella noche dijeron "te quiero".
6.11.02