yoestoyamiaire

Paris oh la la (2)

Érase que se era una ciudad ecológica en que la gente iba en bici y patines por las calles. Una ciudad con libreros a la orilla del río, con una sorpresa en el cielo cada mañana. Un lugar donde lo antiguo y lo moderno se funden y no se extrañan, donde algunos edificios son de calabaza por fuera y de PVC por dentro.

Supongo que también era una ciudad donde la gente se podía permitir el lujo de andar despacio. Cerca del Sena, sobre los puentes. Por los parques llenos de tulipanes de colores. Por las interminables salas de cualquier museo. Por cualquiera de las calles de sus barrios multiculturales (el judío, el latino, el lúdico-festivo, el de Amelie...) París, la primavera y sus árboles rosas en las plazas.

Pero, ante todo y sobre todo, París es la ciudad del amor. Los "petit" cafés orientan las sillas de las terrazas no una frente a otra, sino en la misma dirección, como si a los enamorados que las ocupa no les hiciera falta mirarse, porque ambos saben que buscan lo mismo. Me imagino que sería aún mas bonito, si cabe, estando enamorada.

Y así, los condenados a enamorados de la vida se conforman con remar en un lago y pasar la tarde más divertida de los últimos tiempos, con ser Cenicienta por una noche, con echar de menos su lejana casa sintiéndose libres.

Gracias, Irene, Janett, Sil, revisores del metro de Anthony, por hacer de este viaje algo especial.