Querer olvidar a alguien es recordarlo para siempre.
Te deja, y aún le quieres, pero te fuerzas a olvidarle. Tú eres mucho más fuerte, estás por encima de eso. Tienes tantas cosas positivas
pero eso no impide que de vez en cuando las lágrimas recorran tus mejillas si ves algo que te recuerde a él. Y quitas todas las fotos y escondes sus discos y rompes sus regalos. Y eso no te hace sentir mejor. Cuando decides no volver a verle, le echas tanto de menos
y cuando habláis, no puedes más que enfadarte, echar cosas en cara, gritar al mundo que pare de girar porque estás triste.
Buscas fuera alguien que te llene ese vacío, buscas dentro algo con lo que vaciarte de sentimientos
pero no puedes olvidarle. Sales y lloras y ríes y bailas y juegas a mirar y estudias y duermes y te desesperas. Y no consigues olvidar.
Quizá porque lo primero que debes recordar no es cómo te quería sino como te hizo sentir, que también había cosas que le hicieron enamorarse de ti, que puede que ya no le quisieras a él sino a lo que un día fue o a lo que tu imaginación quería que fuese. Que el amor empieza en uno mismo, que tenemos mucho cariño que dar. Que nunca se es un nosotros, sino primero un yo que te quiere. Que el mundo no se puede perder ni una sola de tus sonrisas por culpa de alguien que ya no llorará por ti.
Al nenúfar de mi jardín :)